Año 1656 Velázquez se encuentra en su madurez artística, a sus 57 años ha dejado tras de si, obras maestras como Marte, El retrato del Papa Inocencio. Sus numerosos cuadros sobre la familia Real son testigos mudos del paso del tiempo en palacio. En los últimos años el monarca Felipe IV, ya viejo y cansado;  rehúye los pinceles, del pintor,  es en ésta época,  Velázquez se plantea pintar el más emblemático de sus retratos reales, propio del Barroco,  con una atrevida composición, plasmada en  la irrupción,  en su estudio, de la infanta Margarita y su séquito, mientras el propio maestro aparece en la escena pintando a sus Majestades Felipe y Mariana, los cuales…